Hace unos años, cuando trabajabas en una pyme, dependiendo de la que fuera, por supuesto, tenÃas la posibilidad de tener vehÃculo de empresa, es decir, un vehÃculo corporativo que te servÃa para hacer los viajes que tuvieras programados o de repartir mercancÃa con el coche de empresa.
Sin embargo, tras la crisis, e incluso algo antes, los vehÃculos de empresa comenzaron a ser escasos en las pymes, normalmente como medidas para reducir los costes de la empresa por las caÃdas en las ventas o en los ingresos que se tenÃan.
Según los datos que se barajan, sólo el 1% de las pymes llega a utilizar el vehÃculo corporativo (y que esté a disposición de los trabajadores). Esto se diferencia bastante de las empresas europeas quienes aún mantienen el coche de empresa para los trabajadores (de hecho para ellos es como si fuera suyo, no un préstamo para hacer su trabajo).
De esta manera la actualidad en cuanto a vehÃculos de empresa es que el 48% de las empresas han recortado sus gastos en los coches de empresa (has de tener en cuenta que los coches no son sólo el dinero que tienes que dar al comprarlo sino que necesitan de un mantenimiento y una gasolina (o gasoil) para funcionar de modo que es un dinero mensual constante que también hace mella en los presupuestos de las empresas).
Los coches de empresa normalmente son elegidos por los propios administradores de la empresa si bien hay un 11 % de las empresas que permiten que los trabajadores sean quienes escojan el coche (dentro de un presupuesto) en según qué trabajos y, un 6%, el modelo que quieran.
Bajo convenio colectivo los coches de empresa también pueden ser una forma de gratificación de los trabajadores (una remuneración en especie, por asà decirlo) aunque sólo en las pymes fuertes se puede encontrar este tipo de concesión.